qué bien que hayas retomado el blog con estas fotografías de "mujeres de piedra", que desde su aura especial se hacen reales, manteniendo el gesto amable (o misterioso) a pesar de las heridas, del transcurrir del tiempo... o de la vida, de las inclemencias del tiempo... o de las emociones, que se hacen reales desde su mirar tranquilo a través de las ventanas (de cristales invisibles) o directo al horizonte, horizonte casi siempre interrumpido por la vegetación imparable, amparada y alimentada por raíces ancestrales. El sol y la lluvia lo hacen desde más arriba. CORDELIA
qué bien que hayas retomado el blog con estas fotografías de "mujeres de piedra", que desde su aura especial se hacen reales, manteniendo el gesto amable (o misterioso) a pesar de las heridas, del transcurrir del tiempo... o de la vida, de las inclemencias del tiempo... o de las emociones, que se hacen reales desde su mirar tranquilo a través de las ventanas (de cristales invisibles) o directo al horizonte, horizonte casi siempre interrumpido por la vegetación imparable, amparada y alimentada por raíces ancestrales. El sol y la lluvia lo hacen desde más arriba. CORDELIA
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